En este capítulo mencionaremos no sólo a los nacidos en
PERSONAJES POPULARES
GALLARDO.
Gallardo era un tipo gracioso y ocurrente: bailaba y cantaba flamenco, y tocaba la guitarra a las mil maravillas. Este hombre se dedicaba a la venta de cordeles de pita, se veía de noche de taberna en taberna, con manojos de pita sobre el hombro; de día se dedicaba a la venta de camarones; entonces iba completamente vestido de blanco, con un canasto alargado tapado con un paño humedecido para que se conservarse el camarón fresco. Por diez céntimos vendía el cartucho de camarones.
La noche antes de su muerte, que fue en verano, estuvo toda la noche en la puerta de su casa sentado en una silla, tocando seguiriyas y soleares y los demás toques, hasta el amanecer el día, y poco tiempo después fallecía.
LOS “CURRENGUE”
Los “Currengue” eran dos hermanos que vendían helados por las calles. Iban vestidos de blanco y llevaban unas tarras forradas con corcho en las que transportaban la nieve, por donde tenían el contacto con la tarra iba la nieve. Llevaban también otro cacharro con agua con un vaso de cristal para el que lo quería en vaso; también llevaban las galletas, y por diez céntimos daban un vasito de helado.
Los chiquillos llegaban con esta petición: "Currengue, regálame un helado", y él contestaba: "Mañana". Al otro día decía lo mismo, porque todos los días eran mañana...
PEREA CHÍA.
Éste era un buen hombre que se dedicaba a comprar huevos por las calles. Antiguamente había corrales en todas las casas, y criaban gallinas y sobraban los huevos, y las mujeres vendían los sobrantes. A todo el conocido que se encontraba le decía: ¡Niño malo!.
Cierto día se le cayó el canasto de los huevos y los rompió todos, y lamentándose de la pérdida dijo: ¡Me voy a ahorcar por los huevos!
También se dedicaba a la venta de loterías, ya que era el vendedor oficial.
“JUANILLO JOROBETA”
Juanillo era un hombre jorobado que se dedicaba a vender pasteles con un canasto por las calles. A veces vendía almendrados que pregonaba: “Almendrados a duro, comprarlos hoy, que mañana estarán más duros”.
Al pobre Juan, a veces le quemaban la sangre con unas bromas muy pesadas. Se ponían de acuerdo varios gamberros y le quitaban el canasto, se lo pisoteaban y al mismo tiempo le destrozaban los pasteles. Este buen hombre, al verse sin canasto y sin pasteles, lloraba amargamente por la pérdida del negocio, pero una vez que se habían divertido le pagaban a Juanillo los pasteles. Esto lo hacía Fuentes el torero: mandaba a alguien para que le estropeara el canasto, y después a escondidas, le daba el dinero para que pagase dichos destrozos.
“JUANILLO TAMBORA”
“Juanillo Tambora”, o Juan Sánchez que así se llamaba, era blanqueador y era también una buena persona, graciosa y simpática a la vez. Tenía otro hermano todo lo contrario a él: muy serio y que apenas hablaba. Este hermano no quería ir a la mili por nada del mundo, y entonces Juan se fue en su sitio e hizo la mili en lugar del hermano, así que sirvió dos veces.
Cuando iba a blanquear con el hermano, siempre donde trabajaba les invitaban a una copita de anís por la mañana; la copa que le echaban a él se la bebía, y pedía otra para su hermano; daba media vuelta y también se la bebía él.
Estaba cierto día blanqueando el convento de las monjas, y a los cristales les había caído cal, como era natural; al verlo la superiora le dice: Juan, hay que limpiar los cristales. Sí, madre, contesta Juan, traiga Vd. aguardiente, que los limpia muy bien. Trajo la monja el aguardiente y en cuanto volvió la espalda se dio un trinque; pero la monja lo vio y le dijo: Juan, ¿te vas a beber el aguardiente? y este le contestó: Madre, es que con el vahído se limpia mejor.
Todos los Viernes Santos, cuando llegaba Nuestro Padre Jesús a la calle Victoria, con unas copillas de más, con lágrimas en los ojos, y un pañuelo en la mano, vestido con camisa morada cumpliendo una promesa por una grave enfermedad que sufrió, se ponía delante del paso hablándole a Jesús de tú a tú, llorando contándole sus problemas, y diciéndole lo que había hecho de comer Felisa, su mujer, para aquel día.
Era el año de 1937; las tropas nacionales ocupaban Santander. Juan trabajaba con Luis Carrillo de albañil, y para celebrar el acontecimiento, Luis lo invitó a unas copas hasta que lo emborrachó, y gritaba: ¡Viva Franco y el otro! ("El otro" era el general Queipo de Llano, pero como se le liaba la lengua con la borrachera, no podía pronunciar el nombre del general.) Cada vez que decía esto, a Luis se le veía hasta la última muela de las carcajadas.
Fue por carnaval, cuando metieron en un serón sobre un burro a Matilla y a Riverín, personas muy pequeñas; les dan a cada uno un biberón lleno de vino, y Ruanillo iba delante con su amigo Jiménez, haciendo de matrimonio: Juan era el marido y Jiménez, con un pañuelo en la cabeza, la mujer. Iban llorando porque tenían que mantener a los dos hijos y no tenían qué darles; el dinero que recogían era… para comprar vino.
CURRO CORTÉS
El maestro Curro Cortés era una buena persona, muy gracioso y muy ocurrente, siempre contando chistes y sacando cuartetas a todo. Terminada la guerra, vino una gran epidemia de viruelas, y éste cayó enfermo con dicha enfermedad. Fue ingresado en el Colegio Santa Ana, que había sido convertido en hospital. Cuando iba un amigo a verlo, desde la baranda del colegio le decía desde lejos:
¡No te arrimes a la baranda,
que te va a entrar lo que anda!
Empezó a llover un Viernes Santo, y la procesión de Jesús en la calle. Sin mediar palabra, Curro se subió en el paso con un paraguas, y tuvo la imagen cobijada con el paraguas hasta que escampó.
Otras veces llegaba al Cortijo del Caracol y decía: Vengo al Caracol, y paso antes por Dos Hermanas. Esto lo decía porque al pasar por el Cortijillo le echaban café la mujer del Perucho o su hermana María.
“LA MORENA”
Era antes de los años 1930, cuando esta mujer habitaba en la calle La Luna, esquina con la Plaza Nueva, en una accesoria. El por qué se le decía "la Morena" era un incógnito; vestía completamente de hombre, gastaba gorra y fumaba mucho, cosa que en aquellos tiempos solamente lo hacían las prostitutas, y trabajaba en el campo. En fin, que su vida era de verdad cosa rara, en aquellos tiempos ninguna mujer hacía cosas de hombres ni trabajaba en el campo.
“ANTOÑITO RIAS-PÁ”
“Antoñito Rias-pá” era un buen anciano del que los niños se mofaban con el grito antes mencionado; este buen anciano parece ser que se buscaba el problema todos los días: se paraba precisamente por donde pasaban los niños cuando salían de las escuelas. En cuanto lo veían lo chuleaban gritándole: ¡Antoñito Rias-pá, no te arrimes a la pared, que te vas a llenar de cal! El pobre corría detrás de ellos pero éstos más corrían; este era un caso de mal gusto y vergonzoso.
“EL LOCO CAVA”
“El Loco Cava” era un pobre demente que se paseaba todas las tardes por las calles de la Puebla a la misma hora; éste tenía muchas barbas y los pelos largos, y la ropa toda andrajosa. Siempre iba con la cabeza agachada mirando al suelo, no molestaba a nadie, pero los chiquillos cuando lo veían enseguida gritaban: ¡El Loco Cava!, y salían corriendo a esconderse en sus casas hasta que ya pasaba.
“FARRUCA”
“Farruca” era un hombre alto y corpulento que no daba un golpe en una pelea. Se dedicaba a hacer mandados, y cuando venían a ésta las compañías teatrales, se acercaba a ellos. Durante la guerra civil, pusieron un teléfono en casa de Paco Angulo, hoy bar de Riberi, para que se comunicara a Tablada (Sevilla) cuándo pasaban por aquí las avionetas. Farruca también se dedicaba a hacer guardia mediante algunas pesetas. Pasa cierto día un avión, y llama inmediatamente a Sevilla, y le preguntan qué dirección llevaba, y este buen hombre contesta: camino de Bilbao. En Tablada se quedaron con la boca abierta, porque se preguntaban que cómo se sabía en La Puebla que el avión iba hacia Bilbao. Ellos no sabían que esto lo decía por el cortijo que hay en la Puebla, que se llama Bilbao.
“TEZUMBO”
“Tezumbo” era un guardia municipal llamado Sánchez. Este buen hombre era analfabeto; le regañaba el alcalde cuando llegaba tarde a su trabajo, le señalaba la hora cuando él llegaba, y le decía que a esa misma hora tenía que venir. Cogía el periódico al revés, y decía: Como siempre, coches volcados y muchos accidentes.
JOSÉ CORONA
El bueno de José Corona, “El Tonto Corona”, se dedicaba a llamar a los vecinos a la hora de las misas de madrugada, anunciaba el tiempo, y también se dedicaba, por algunas pesetas, a limpiar las cuadras. Acostumbraba a cantar esta copla:
Del Cortijo del Río vengo,
a guardarte la pringá,
si tú no tienes bastante
la partes por la mitad.
Arando en un barranco
se me perdió la lavija,
y le dije al capataz:
si no me entregas a tu hija,
yo te dejo de arar.
También solían decirle: José, báilame y te voy a dar cualquier tontería. Se la enseñaban, y venía José corriendo haciendo el grajo.
“LA PIQUILLO”
Carmen “la Piquillo” era una mujer pobre y con muchos hijos; el marido se dedicaba a la cacería y a buscar espárragos por los campos para mantener a sus hijos. Cierto día llega al Casino y se encuentra con Antonio Contreras (padre); éste se había casado por tres veces, enviudando por las tres, y acercándose a él, le dice: Antonio, cómprame algún espárrago. Entonces Antonio le dice: Cásate conmigo, Carmen. Y ella le responde inmediatamente: ¿Yo? ¡Antonio, tú tienes el Santolio en el c…!
“ANTOÑITO EL SEVILLANO”
“Antoñito el Sevillano” era un zapatero que vivía en la calle Sol. Era muy ocurrente y contaba muchos chistes, siempre tenia la zapatería llena de amigos que iban solamente a escucharlo y a preguntarle historias, ya que éste leía mucho y tenía muy buena memoria.
Aunque le decían “el Sevillano” era de la Puebla, pero tuvo que marchar a Sevilla al quedarse huérfano por morir su padre repentinamente, con su madre para buscar trabajo ya que era muy pequeño y tenía que mantenerlo, así también como a otra hermana que luego se casó con un torero llamado Manolito Valencia. El venirse a la Puebla fue por el motivo de que enfermó, y el médico le aconsejó que cambiara de aires.
Cierto día, se unió Antoñito a un grupo de niños que vociferaban detrás de una mujer: ¡Se ha perdido un niño! Antoñito siguió a la comitiva hasta que dicha mujer se paro y se sentó en un banco de la Alameda de Hércules; se acercó a dicha mujer, encontrándose la sorpresa de que era su propia madre que lo buscaba, y al verla le gritó: ¡Madre, no me he perdido, estoy aquí!
Este hombre sabía tanto sin haber estudiado por lo mucho que había leído y por su buena memoria. Falleció mirando al techo, repitiendo todo lo que había leído en su agonía, y fue el primero que fue enterrado en el cementerio en un nicho, y no en el suelo como era lo habitual.
SEGUNDO “EL ENANO”
Segundo “el Enano” no era enano en realidad: esto era un mote heredado del padre. Este buen hombre recibió de sus padres tierra y casas; al fallecer el padre y luego la madre, se fue a vivir a la Posada de Juanito, en la calle Morón, donde estaba casi recogido de caridad con un capital que fue perdiendo poco a poco. Se murió hambriento y comido de miseria. Era un buen poeta, pero no se conoce nada de él porque no dejó nada escrito: lo tenía todo en la memoria.
Segundo el Enano acostumbraba ir a Sevilla, y casi todas las Semanas Santas iba andando y les cantaba a las imágenes de las procesiones saetas de la Puebla, que resultaban muy extrañas entre los sevillanos.
LOS “TORRECITOS”
Los “Torrecitos” eran una buena familia de gitanos que se componía del padre y varios hijos, ya que la madre había fallecido. El padre era esquilador y el hijo mayor, llamado Frasquito, era corredor y tenia mucha gracia en sus conversaciones, otro hijo era Luis, cantaor de flamenco, que aunque era de la Puebla, por vivir en Morón le decían “Joselero de Morón”; otra hija que tenían se llamaba Carmen, que era una gran saetera: las cantaba a las mil maravillas.
El amigo Torres era una persona muy graciosa e ingeniosa, según demuestran estas anécdotas: cierto día pelaba un burro en la puerta de una choza donde había un perro amarrado, y a cada paso que daba Torres el perro le gruñía y le enseñaba los dientes, y ya éste, mosqueado, se dirige al perro y le dice: ¡Oye, tú, mira que yo no te he preguntado que cómo tienes la dentadura, para que me la enseñes tanto! Otro día le dijo a Patachula -refiriéndose a su hijo Manuel, que era algo deficiente: Veremos a ver el día que yo le falte a éste, que se come del plato una cucharada con treinta y tres garbanzos y en lo alto una papa.
Otra curiosa anécdota que le ocurrió a nuestro amigo Torres, fue que estando en la Plaza Nueva, pasaba por aquel lugar Francisco Hormigo con una piara de becerros, ya que este hombre se dedicaba a la cría y venta de ellos, pero en dicha piara había algunos con mala intención, y así fue que uno de ellos, al ver al Señor Torres, le embistió. Salió corriendo éste a tal velocidad que se subió en la cruz del mentidero que había en dicha plaza, y abrazado a la cruz se salvó de las posibles contusiones que hubiera sufrido.
También estuvo con grandes dolores porque se le había clavado un cristal en el pie y no había medio de quitárselo. Francisco Hormigo, al verlo tan dolorido le preguntó:¿Qué te pasa, hombre? -Que me he clavado un cristal en el pie, y no hay medio de sacármelo, le contestó. Entonces le dice Francisco Hormigo: Dame un pañuelo que te lo voy a sacar yo -¿Tú, Francisco? –Sí, yo. Francisco cogió el pañuelo, se lo puso en la boca y le dio tal bocado al cristal que se lo sacó; Torrecito, cuando se vio sin el cristal se volvió loco de alegría abrazando a Hormigo.
Moría Torrecito cuando se celebraba la feria de la Puebla, y estaba mal de ropa para la mortaja, así que los vecinos le buscaron ropas y lo amortajaron. Llega la hora del entierro, lo sacan para llevarlo al cementerio, y a los que conducían el cadáver les ruega la mujer, llorando: ¡Hijos, dadle una vueltecita por la feria para que vean lo arregladito y lo bien que va!
“MAGAÑA”
Antonio “Magaña” era un hombre raro, vivía en una chocita en los terrenos del Caracol, cerca de un pozo y rodeado de animales: perros, gatos, gallinas, etc. y acostumbraba a comer animales muertos. Era un hombre de palabra; estuvo mucho tiempo en la cárcel porque un oficial le pegó en la mili y él decía que al que le pegara, le pegaría él también: el oficial le pegó, y Magaña le respondió. Este fue castigado y enviado a presidio.
Solía venir a la Puebla en una borriquita, y en lo alto subido un perrito. Los niños le decían: ¡Antoñón con el bigotón! y él salía indignado corriendo detrás de los chiquillos.
“EL PIÑITA”
“El Piñita” era un hombre que vivía en la Plaza Nueva y, llegando la Cuaresma, plantaba en la puerta de su casa un marco de madera, y preparaba hilos y demás utensilios para hacer cinturones para los nazarenos de las cofradías de la Puebla; mientras trabajaba cantaba saetas y los pregones de Jesús, así que empezaba una Semana Santa anticipada.
“EL PIPI”
“El Pipi” era familia de los Contreras. Era maestro albañil de segundo orden y, cierto día, el buen hombre tabicaba el hueco de una alacena y entonces, distraídamente, poniendo ladrillos y yeso quedó entabicado; cuando se dio cuenta tuvo que derribar dicho tabique para poder salir.
“LA JIMENITA”
“La Jimenita” era una buena mujer que vivía junto al arco de la Ermita, que hablaba mucho por las calles, y que salía todos los días por diferentes calles diciendo que hacía el recorrido de Nuestro Padre Jesús. Gastaba un bastón, y estaba muy mal de las piernas: siempre las llevaba liadas en trapos.
Siempre hablaba de sus hijos, particularmente de su Mateo, con todo el que se encontraba, los cuales fueron injustamente acusados de haber echado un anónimo y estuvieron por ello mucho tiempo encarcelados. Esta pobre mujer pasó mucha pena, y todo el tiempo se lo llevó llorando por sus hijos.
Es tanto lo que charlaba que hay un refrán que dice: Charla más que la Jimenita..
“PEDRITO EL TONTO”
“Pedrito el Tonto” se llamaba Pedro López, y era hijo de una maestra nacional llamada Rosario. Era un gran aficionado a la música; cuando salía la banda de música por las calles de la Puebla o venía una banda de fuera, se iba detrás de ella acompañándola a todas partes. Le decían: ¡Pedrín musiquín!, y a éste le hacía gracia y se reía; también le decían: ¡Pedrito, da un saltito!, y él obedecía contento. Esta era la afición del pobre Pedrito: la música.
“EL CAPATACITO”
Así se le decía a José Navarro Valle: “el Capatacito”. Éste era un joven que sobre los años 1960 a 1980 vivía en la calle Ramón Moreno de los Ríos, y su padre era el guarda del cercano colegio San José, conocido como “El Narci”. La ilusión de este niño era la de ser algún día capataz y dirigir algún paso procesional de la Semana Santa, y le gustaba sacar pasitos con los amigos por las calles de la Puebla.
Pero tuvo la desgracia de perder a su madre, quedándose sin el calor ni el cariño de ella; pocos años después se encuentra con el padre muerto en su misma cama, ya que dormían juntos: había fallecido repentinamente mientras dormía. José, al despertar y darse cuenta de lo que pasaba, se levantó de la cama dando gritos llamando a los vecinos, como es tan pequeño no puede abrir el cerrojo de la puerta para salir a la calle a pedir auxilio, hasta que por fin saltó la tapia del corral un vecino y pudo ver el triste cuadro.
El Capatacito se queda al calor de su abuela ya anciana; y por ser hijo de un empleado municipal, las autoridades proponen que ingrese en un colegio interno, pero se opone la abuela, que no quiere que el niño se separe de ella. José seguía con su sueño de acompañar un paso de la Semana Santa de Sevilla, entonces se le escribe a varias hermandades, y la única que contestó fue la Hermandad de la Candelaria, donde un señor llamado Manuel Campos Álvarez llama al pequeño capataz y lo aloja en su casa durante toda la Semana Santa; así que gracias a él, durante varios años se cumplía el sueño del chiquillo.
Ya mayor fue capataz de la Virgen de los Dolores, hermandad a la que pertenecía; también empezó a trabajar en un bar como camarero, y posteriormente marcha a Ibiza a trabajar como agente en la aduana.
“EL CHICO Z…”
“El Chico Z…” era un hombre muy mentiroso y con mala sangre; cierto día se le acercó un señor forastero y le preguntó: ¿Me puede Vd. indicar dónde hay una “casa de niñas”? Éste le indicó su propia casa, y cuando el forastero se presentó allí y dijo a lo que iba, le salió la familia como fieras y corría el hombre más que los perros de Padilla.
Otro caso que se cuenta de este hombre era que cuando fue a la mili compraron entre varios paisanos una rueda de calentitos; como fingía también que pillaba moscas con la mano y las masticaba y se las tragaba, al empezar a comer los calentitos empezó a hacer la pantomima de las moscas para que los demás dejaran de comer, y así fue que cuando lo miraban se les levantaba el estómago de asco creyendo que era verdad, y ya no querían comer, y así pillaba él la mejor parte.
JESÚS JIMÉNEZ
Jesús Jiménez era un muchacho estudiante de la Puebla con grandes aspiraciones y ansias de llegar a ser un personaje. El padre, que le decían “El Bizco Jamones”, tenía una tierra y un molino aceitero, y sacrificándose, le dio al hijo carrera; Jesús como aspiraba a tanto se fue a estudiar a la Sorbona francesa. Conoció allí a una señora con la que contrajo matrimonio; esta era una viuda de la 1ª Guerra Mundial; pero al poco tiempo de casado apareció el marido, que no había muerto; hubo problemas y entonces vieron al Presidente de la República Francesa, que buen amigo suyo y también padrino de bodas, el cual le dijo a ella que escogiera entre los dos a uno de ellos, que sería entonces el marido. La esposa escogió a Jesús, se vinieron a vivir a España, exiliándose durante la guerra civil a Méjico, donde falleció.
PEPE GUTIÉRREZ
Pepe Gutiérrez era una persona simpática y muy buen hombre, amistoso con todo el personal. Este era alguacil del juzgado, era bajito y gastaba sombrero de paja; cuando lo mandaban a llevar citaciones a algunas personas, hablaba con todo el que se encontraba y se paraba mucho por la calle.
En los antiguos entierros se acostumbraba a dar el pésame a los dolientes: “Usted descanse”, y al bueno de Pepe no le parecía bien que no se mencionara al difunto; entonces acordaron varios amigos cambiar dicho pésame por otro que decía: “En paz descanse”, y como Pepe era el primero en darlo, al romper él con dicho pésame continuaban después todos los asistentes; se dio la circunstancia de que no se empezaba a dar el pésame hasta que Pepe no llegara.
Otra anécdota graciosa fue que tenía una carpintería en la calle Marchena, y un día observó que llevaban mucho tiempo dos mujeres hablando en la acera de enfrente; llevaban ya tanto tiempo que cogió dos sillas y dijo a uno de sus hijos: Niño, llévale estas sillas a aquellas dos mujeres, que ya estarán cansadas. Las mujeres al darse cuenta se marcharon inmediatamente sin mediar palabra.
“LA CARIOCA”
“La Carioca” era una maestra nacional que, en los tiempos de la posguerra, vestía muy moderna. Esta señora se maquillaba mucho, gastaba botas altas, se pintaba el pelo, en resumen todo lo que hoy hace cualquier mujer. La bautizaron con el nombre de Carioca; dicho nombre era el título de una canción de moda que se cantaba en aquel tiempo. Vivía en la calle Mesones, y durante la guerra se echó por novio a un oficial italiano procedente de un batallón de soldados de dicho país que permanecían en la Puebla.
“EL PINCHO”
Sobre el año 1940 vivía en la calle Molinos un albañil que se apodaba “El Pincho”. Este siempre estaba borracho, su mujer, que la llamaban “La Pasillo”, se dedicaba a la venta de muebles y animales, y la traía por la calle de la Amargura con las borracheras, porque la insultaba y la maltrataba. Ya desesperada un día le dijo: Me voy a tirar al pozo. Y cierto día que estaba el Pincho distraído, cogió una piedra gorda y la tiró al pozo, haciendo de ver por el ruido de la zambullida que era ella. El Pincho al sentir el ruido salió corriendo a la calle, llorando y pidiendo auxilio, diciendo: ¡Mi mujer se ha tirado al pozo! Al rato, cuando ella salió del escondite, por poco la mata por haberlo engañado.
JOSÉ “JARDERO”
José “Jardero” era un barbero llamado José Álvarez Brea, nacido en el año 1920, que tenía la barbería en la calle Sevilla, y que tuvo la desgracia de que su padre fuese víctima de la guerra de 1936. En la década de los años 1960 al 1970, con dolor de su corazón, tuvo que emigrar a Hospitalet (Barcelona), donde fundó la Peña de La Puebla de Cazalla y el Club de ancianos. Todos los años regresaba a ver su pueblo querido, sus calles, sus casas, y una vez hecho esto se marchaba satisfecho con su misión cumplida; para colmo tuvo la desventura de perder la vista, encontrándose con la fatalidad de que ya no podía ver a su Puebla querida, ver a sus apreciados paisanos, ya no podía ver el pueblo donde vio por primera vez la luz del Sol. Así vivió unos pocos años más, llorando y recordando a su querida tierra, hasta que falleció el 9 de abril de 1985.
Jardero componía poemas con referencias a la Puebla y a sus cosas, entre ellos uno en el que compara la Puebla con Madrid. En su memoria se rotuló una plaza en el barrio de “Los Pitufos” con el nombre de Plaza de Jardero.
“LA CHAVORA”
“La Chavora” era una señora que vivía en la calle San Arcadio, tan gruesa que pesaba más de doscientos kilos. Tenía una tienda y una casa de vecinos, tal vez la última casa de vecinos que hubo en la Puebla.
“EL GALGO ELÉCTRICO”
Vino de otro pueblo, allá por los años 1960, un señor encargado de la compañía Sevillana de electricidad, por haberse jubilado el que había aquí. Este hombre era alto, fino, parecido al galgo; llevaba aquí ya una temporada y aún no se había enterado de que en la Puebla se les apodaba a las personas que venían de fuera. Cierto día, reunido con varios vecinos, dirigiéndose a ellos les dice: ¿No dicen que aquí en la Puebla bautizan a todo el forastero que llega? A ver si a mí me bautizan. Entonces uno de los presentes en la reunión le contestó: Si ya estás bautizado, te llaman “El Galgo Eléctrico”. Este se quedó sin habla y cambiando de color.
El mote fue puesto muy acertadamente, por su delgadez y por su trabajo en la electricidad.
EL PADRE MIGUELITO
El Padre Miguelito empezó viniendo a la Puebla de misionero en el año 1926, y tanto le gustó la Puebla que venía con frecuencia a dar catecismo a los niños y ayudar a Don Luis el cura a enseñar la fe de Cristo y sus apóstoles. Éste organizaba meriendas en los pinares, hacía gazpachos y repartía también unas bolsas de comidas.
Cuando se marchó se le cantó la siguiente canción:
Padre Miguelito,
no se vaya usted
que los niños lloran
que los niños lloran
si se va usted.
Padre Miguelito
no vaya a Pedrera
que todas las niñas
vamos a ser buenas.
JOSÉ CRUCES
José Cruces no era natural de La Puebla, -nació en Algámitas (Sevilla), en el año 1905- pero se puede considerar como hijo de la Puebla, ya que se vino muy pequeño, al trasladarse con sus padres y hermanos a esta localidad.
La venida de este buen hombre al mundo fue muy anecdótica: su madre, embarazada, iba subida en una borriquita cargada de uva que iba a vender a El Saucejo, y se vio ya algo indispuesta, así que esperando lo que pudiera ocurrir, vendió la uva al por mayor para terminar lo antes posible, cosa que no acostumbraba ya que siempre la vendía kileada[1]. Cogió la borriquilla y la carretera, y al llegar a una vereda antes de la Casilla o Choza, se echó abajo de la borriquilla y dio a luz en el suelo en plena vereda.
Ya la distinguieron desde lejos unas vecinas, que se extrañaron al verla en el suelo; acudieron enseguida y, recogiendo al crío, fue liado en una toalla y llevado a la casilla, y todo acabó felizmente. Así vino al mundo esta excelente persona, José Cruces.
[1] Kileada: Por kilos
PERSONAJES DEL MUNDO DEL ARTE, LA CULTURA Y EL ESPECTÁCULO
LUIS TORRES “JOSELERO”
Luis Torres Cádiz nació en la Puebla de Cazalla en el año 1910 y murió en Morón de la Frontera en 1985. Habiendo tomado el nombre de “Niño de la Puebla ”, su trayectoria artística transcurrió principalmente en reuniones y fiestas privadas, hasta que en 1950 inició sus principales actuaciones, interviniendo en la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera ; posteriormente formó parte del elenco en un tablao flamenco de Barcelona.
En 1927 obtiene el premio de aficionado en Morón de la Frontera, en 1962 en Jerez de la Frontera consigue el premio de la Serneta, y en 1972 en el Cincuentenario del celebre Concurso granadino del año 1922, galardón convocado en memoria de1 Tenazas. Por último tiene que dejar el cante por haber enfermado, buscándose la vida como vendedor ambulante de baratijas.
Luis Torres fue un cantaor juicioso, con un excelente rasgo gitano, puede decirse que fue un verdadero maestro del cante. Se le considera una de las figuras más representativas del cante flamenco; su voz quedará para siempre grabada en el recuerdo de los buenos aficionados.
LOLA “LA DE LUCENA”
Lola Crujera, como se llamaba, nació en la Puebla de Cazalla a finales del siglo XIX o principios del XX. Cantaora flamenca, fue figura en los cafés cantantes de aquella época y según Fernando de Triana en su libro “Artes y Artistas del Flamenco”, era una estimable intérprete, sin citar estilos determinados.
Usaba el seudónimo de “la de Lucena” por haber tenido de compañero al guitarrista Manolo de Lucena.
EL NIÑO DE LA HUERTA
Se celebraba la feria de la Puebla , sobre el año 1930, y había venido el Niño de la Huerta de soldado, porque estaba sirviendo en la Remonta de Écija. Enseguida lo localizó Gabriel el de Camila, persona muy vinculada al cante flamenco, que tenía muy buenas relaciones con todos los cantaores, y los traía a la Pue bla con mucha frecuencia.
A Gabriel, que era el aficionado mas grande de la Puebla y el más entendido de dicho cante, todos los cantaores que traía se hartaban de cantarle, pero el Niño de la Huerta parece que no le simpatizó mucho; le pidió que le cantara y le cantó algo, pero ya no quiso cantar más. Entonces Gabriel le enseñó un billete y le dijo: ¡Te lo vas a perder!, y entonces le contestó el Niño: Te lo metes donde te quepa. Y a continuación, éste invita a todos los presentes a ir al puente de la carretera de Osuna, donde estuvo cantando con ellos hasta el amanecer.
EL NIÑO DE MARCHENA
El Niño de Marchena, cuando chiquillo, venía con mucha frecuencia a la Puebla , donde ha habido desde siempre una gran afición por el cante flamenco. En aquellos tiempos había mucho cante, y eran frecuentes las disputas en las tabernas. Cierto día, siendo todavía un desconocido, se presentó el cantaor en una reunión, y le dijo al que estaba allí cantando que él cantaba mejor: Me pongo un duro que lo hago mejor que tú. El niño canto y lo hizo de maravilla. En la reunión se preguntaron: ¿Cómo le ponemos a este niño? Entonces el padre de Antonio Bocio Vargas dijo: Se llamará el Niño de Marchena.
Y así llevó este extraordinario cantaor dicho nombre, hasta que falleció.
RAÚL MONTESINOS HOYOS
Raúl Montesinos Hoyos, de nombre artístico Raúl Montesinos nace en la Puebla de Cazalla en el año 1974. Su padre, Juan y su madre Encarnación. El padre es un buen aficionado al flamenco, incluso hay quien dice que lo hace mejor que el hijo.
Raúl hace sus estudios primarios hasta 8º de EGB en el colegio San José de la Puebla, pero no quiso estudiar más, ya que su ilusión era adentrarse en el mundo del cante flamenco. Raúl empezó a los 6 ó 7 años, como muchos jóvenes que empiezan a cantar. En el cine Victoria y en el Hogar del Pensionista realiza su debut como aficionado, empezando a cantar por el Chiquetete, de la mano de un gran aficionado del pueblo llamado Pepe el de la Barbarita, que conocía a Raúl desde muy pequeño. Poco después, con 9 años, se fue iniciando en el cante jondo, así con el tiempo lo va metiendo Pepe en concursos de saetas y de flamenco, y a pesar de su poca edad fue ganando algunos premios. Estos son algunos de sus premios y participaciones en su joven vida de cantaor:
- En el año 1988 participa en el concurso de Radio Nacional de España en el barrio de la Macarena, Sevilla, actuando ya con artistas profesionales, obteniendo el 2º premio de saetas.
- En el mismo año, escudo de oro de la Peña Flamenca “Manolo Caracol” de Montalbán, por un recital que dio allí.
- Igualmente participa en un festival de cante celebrado en Lantejuela, Sevilla, junto a artistas como Calixto Sánchez, Manolo Domínguez, Pedro Bacán y José Mercé.
- Consigue dos premios juveniles de saetas en la peña flamenca Torre Macarena de Sevilla, en los años 1989 y 1992.
- Recital de Cante en la Peña flamenca La Bulería de la Rambla (Córdoba), actuando con artistas como Salmonete de Jerez, Elu de Jerez, Manuel Silveria y Calixto.
- Primer premio de cante grande en Bollullos Par del Condado (Huelva).
- Primer premio en el concurso de saetas organizado por la Peña el Gallo de Morón de la Frontera, celebrándose la final en el Cine Oriente en el año 1993.
- Primer premio de saetas organizado por la Tertulia Rama Flamenca de la barriada La Oliva de Sevilla en el año 1994.
- En el año 1994 actúa en un recital organizado por la Peña Flamenca Niña de la Puebla de Santa Coloma de Gramanet, (Barcelona) en el año 1990.
- Recital de once cantes diferentes que ofreció en la peña Tobalo de Ronda (Málaga) el año 1994.
- Sobre el mismo año de 1994, obtiene el primer y segundo premio compartido de cante flamenco en el concurso que organiza la consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía para jóvenes aficionados al flamenco celebrado en el Gran Teatro de Huelva.
- En el año 1995 da un recital de cante flamenco junto con Chano Lobato y la guitarra de José Luis Postigo a beneficio de la Peña Sevillista de la Puebla de Cazalla.
- En el mismo año obtiene el primer premio de saetas organizado por la Peña flamenca Buena Gente de Jerez de la Frontera (Cádiz), celebrándose dicha final en el auditorio de la Caja San Fernando.
- Durante tres meses de 1996 estuvo contratado como artista invitado actuando en los dos tablaos punteros de Alemania: El Cortijo y Carmela.
- En el año 1997 actuación en los festivales de Montellano (Sevilla), para jóvenes promesas del cante flamenco.
- Finalista del Concurso de Cante Jondo Antonio Mairena celebrado en Mairena del A1cor, en el grupo de las Seguiriyas, en el año 1997.
- En el mismo año, finalista en Valderrubio, Granada, en un concurso de Cante por Granaínas.
JOSÉ MENESE
José Meneses Scott, cantaor, nace en la Puebla de Cazalla, siendo sus padres Juan Meneses Águila y Remedios Scott Cabrera. De muy joven actúa en los teatros de Salvador Cabello y por primera vez, se presenta en el cine de Morilla en Gilena, donde actúa con gran éxito.
Con 17 años actúa en el cine San Pedro de Osuna, presentado por Antonio Mairena, donde tiene una destacada y extraordinaria actuación. Posteriormente se va a Madrid llamado por Francisco Moreno Galván, haciendo la mili en esa época en Sevilla en el Cuartel de Pineda. Se casa en el año 1968 con Encarnación Gil, afincándose en Madrid, y actúa ya como profesional en numerosas capitales de España, destacando su actuación en Barcelona.
En el año 1965 canta con gran éxito en Córdoba en el homenaje a Tomas el Nitri. En 1974 actúa con un éxito extraordinario en el Olympia de Paris. En la década de 1970 actúa en las Reuniones de Cante Jondo que se celebra todos los años en 1a Puebla, cosechando en todos ellos grandes triunfos.
A sus 55 años sigue actuando con gran éxito en los escenarios del territorio nacional como en los del extranjero.
MIGUEL VARGAS
Miguel Rubio Vargas, “Miguel Vargas”, hijo de Fernando y de Dolores, nació en la Puebla en el año 1942. Se marchó de niño a Paradas, al conseguir su padre un puesto de trabajo en dicho pueblo como encargado de la finca “Los Almendrillos”. Allí realiza sus estudios primarios y actúa como aficionado en muchos actos de cante flamenco y festivales benéficos, hasta que en el año 1968 obtiene el primer premio en el concurso de Mairena del Alcor.
Posteriormente obtiene el Yunque de Oro de la Tertulia Flamenca de Ceuta, haciéndose profesional; se traslada a Madrid, actuando en el Tablao Flamenco durante unos años, donde aprende mucho de Rafael Romero, de Juan Varea, de Bernardo el de los Lobitos y otros grandes maestros del cante. También canta en la XI Reunión de Cante de la Puebla que se celebra en el año 1977 y actúa en cuatro reuniones más, siendo la última vez en la XXII, cosechando en todas ellas un gran éxito.
Miguel entiende el cante como algo litúrgico, casi sagrado; es un cantaor serio, entregado e infatigable. Uno de los cantaores que mejor afronta lo jondo, dándole a este la máxima dignidad con plena conciencia de que oficia una ceremonia única y trascendente.
Actualmente reside en Paradas, donde goza de mucho cariño y simpatía.
Llamada Dolores Jiménez Alcántara, hija de Francisco Jiménez Montesinos, alias “Currillo de Casamía”, nació en la Puebla de Cazalla en 1909, en la plaza Nueva, donde está instalada su estatua, inaugurada en febrero del año l990. Conservó la vista aún siendo niña, pero al tener problemas con ella su familia intentó curarla con un colirio que le hizo perderla totalmente.
Se casó con el también cantaor Luquitas de Marchena, y actuó por primera vez en Morón de la Frontera , ganando un concurso en Marchena y otro en Osuna, después actuó en Sevilla en el año 193l. Al año siguiente actúa en Madrid, teniendo gran éxito en su creación de los Campanilleros.
En el año 1932 hace su debut en Madrid en el Teatro Fuencarral, y en el año 1933 hace su primera película titulada Madre Alegría. En el año 1936 actúa en varios teatros españoles donde tiene grandes éxitos.
Pasada la guerra, formó parte de los espectáculos de cantes de España: comienza junto al Niño Marchena con un espectáculo titulado “Pasan las Coplas”. En el año 1950 monta Junto a Manuel Vallejo y Cepero “El Sentir de las Coplas”, hasta 1971 en que terminó con Rafael Farina con “Romances Flamencos”.
El año 1978 dio varios recitales flamencos en Cataluña, Ciudad Real, Madrid, y en Andalucía, teniendo grandes éxitos en todas sus actuaciones. En el año l986 recibe un homenaje en Málaga, donde le acompañan grandes figuras del cante flamenco con sus hijos Enrique y Adelfa. En el año 1977 actúa por primera vez en la XII Reunión de Cante Jondo de La Puebla de Cazalla. En el año 1990 se descubre un busto de su persona en la Plaza Nueva.
DIEGO CLAVEL
Diego Andrades Martagón, “Diego Clavel”, nació en La Puebla de Cazalla el día 19 de septiembre de 1946. Hijo de Manuel Andrades Moreno y de Carmen Martagón Valderrama, huérfano de padre y madre desde muy pequeño, hace sus estudios primarios junto a sus dos hermanos ingresando en el colegio de huérfanos de Sevilla, donde estaría poco tiempo, regresando nuevamente a la Puebla. Le canta a una Virgen que pasa por su puerta pidiéndole por el restablecimiento de su madre gravemente enferma, por tener tan poca edad no recuerda lo que le canto ni la Virgen que era, un día consigue unas pesetillas en un concurso de cante, y las dedica a comprar un libro que le hacía falta para la escuela, así transcurre su vida cantando entre amigos en reuniones, hasta llegar a la vida militar. A los veintidós años consigue premios de saetas en Córdoba, Lucena y Cabra. En el año 1970 consigue el primer premio del festival de cante jondo celebrado en Mairena. En el año 1971 actúa en la V Reunión de cante jondo celebrado en la Puebla de Cazalla, obteniendo un gran éxito con su actuación, en este mismo año obtiene la saeta de oro de Radio Nacional de España. En el año 1972 consigue el segundo premio del concurso de cante jondo en la historia del flamenco celebrado en Granada.
En el año 1973 contrae matrimonio con Dolores Recio Crujera, emparentada con la celebre cantaora Lola la de Lucena. En el año 1974 fundan una peña flamenca en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con el nombre de Diego Clavel, posteriormente triunfa por todas las capitales de Andalucía y en las ciudades importantes donde actúa, así también como en el extranjero. Se funda la primera peña flamenca en el extranjero en Rennes (Inglaterra). En el año 1977 es padre por primera vez al dar a luz su esposa una hermosa niña que llevaría por nombre Maria del Carmen.
A sus cincuenta y tantos años cumplidos sigue dando buenos recitales de cante flamenco por toda España, actuando ya en todas las Reuniones de Cante jondo celebradas en su pueblo natal.
MANUEL GERENA
Manuel Fernández Gerena, de nombre artístico Manuel Gerena, nació en La Puebla de Cazalla en 1945, en una familia humilde. A los 11 años deja la escuela elemental para trabajar de repartidor con el cosario Limones, que era tio suyo. Después trabajó de electricista, como su padre.
Empieza a cantar muy joven, y con solo 20 años participó en el Concurso de Cante de Mairena del Alcor.
Cuando acabó la mili dejó su trabajo y se dedicó de lleno a cantar, obteniendo grandes éxitos como cantaor no solo en toda Andalucía, sino también en el resto de España, además de triunfar en algunos paises extranjeros como Francia, Alemania, y otros.
Ha grabado varios discos y también ha escrito varios libros con sus letras. Siempre ha estado muy bien relacionado con personajes importantes del arte y la cultura d nuestro pais.
Manuel Gerena, al contrario que la mayoria de los cantaores de flamenco, ha cantado casi siempre sus propias letras, que generalmente han tratado temas como la injusticia social y otros parecidos, lo que le ha causado muchos problemas y contratiempos en la época del franquismo, cuando era frecuente que le prohibiesen sus actuaciones, llegando incluso a ser multado y detenido por la autoridad en muchas ocasiones.
Desde el comienzo de la democracia, Manuel amplió los temas de sus cantes, y en la actualidad sigue actuando con gran éxito en toda España, siendo uno de los cantaores de flamenco más importantes del momento.
ANTONIO ANDRADE
Antonio Andrade nació en La Puebla de Cazalla, en una familia de aficionados, y en ella creció aprendiendo la cultura del flamenco. Sobrino del cantaor José Menese, desde su más tierna infancia Antonio comenzó con el toque de la guitarra. Sus maestros fueron Domingo Dominguez, Romero de Badajoz, Miguel Pérez, así como Antonio Amador (de la familia gitana de los Amadores, del que han salido famosos guitarristas flamencos). En su larga carrera de guitarrista trabaja con grandes del flamenco como Javier Barón, Israel Galván, Antonio "El Pipa", Javier Cruz, Sara Baras, Carmen Ledesma, Concha Vargas, Manolo Marín y muchos otros.
Como director artístico y productor de la "Compañía Flamenca Alhama y Maria Serrano" ha realizado con gran exito numerosas giras por todo el mundo. Viajes artísticos con las grandes producciones "Viva Sevilla", "Flamenco es mi vida" y "Mi Carmen flamenca" lo han llevado desde Europa (Berlín, Frankfurt, Munich, Varsovia, Viena, San Remo, etc.) a través de Estados Unidos (Nueva York, Atlanta, Santa Fe, etc.) hasta Japón (Tokio y otras ciudades importantes).
SALVADOR CABELLO
Salvador Cabello Ruiz nació en La Puebla el año 1927, y aunque por circunstancias familiares asistió a la escuela muy poco tiempo, desde pequeño demostró afición al arte y a la literatura, y siendo muy joven ya dibujaba y escribia poesías.
Consiguió entrar en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, a la que acudía mientras cumplía su servicio militar. Poco después marcha a Madrid, y allí tuvo varios trabajos afines a la pintura. Al mismo tiempo se hace amigo de figuras importantes del mundo del arte y la cultura.
De vuelta a La Puebla , pone una tienda de comestibles y un bar en la Plaza Nueva , que sirve de lugar de reunión a un grupo de moriscos que compatían sus aficiones. En aquel período colaboraba en publicaciones locales y participaba en todas las actividades culturales que se realizaban en el pueblo, sobre todo como autor y director de obras de teatro, entre las que destaca “La Petenera ”, que obtuvo un gran éxito en todos los lugares donde se representó.
Posteriormente se dedicó más a la pintura, produciendo abundantes cuadros de temas muy variados, aunque ha seguido también con su producción literaria: obras de teatro, poesías flamencas, guines para la televisión local, etc. Además, desde hace unos años se dedica también a dar clases de dibujo y pintura a los niños en los colegios del pueblo.
Salvador Cabello es un morisco merecedor de toda admiración por su labor continua a favor del arte y la cultura, aparte de poseer grandes valores humanos.
DIEGO RUIZ CORTÉS
Pintor nacido en la Puebla de Cazalla en el año 1940. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Se graduó en el año 1966 como profesor de dibujo licenciado en Bellas Artes. En el año 1964 consigue una beca de la Universidad de Bellas Artes de Santa María de la Rábida.
Desde el año 1966 hasta e1 año 1979 consigue numerosos premios. En el año 1979 es nombrado catedrático de Instituto de Bachillerato. Posteriormente realiza viajes de estudios a Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda y Bélgica.
Desde principios de los años 1950 hasta 1995 expone sus cuadros en numerosas capitales españolas, así también como en pueblos importantes y en capitales extranjeras, obteniendo gran éxito con sus cuadros.
En el año 1982 expone en su pueblo natal, en el Museo José Mª. Moreno Galván. En 1995, con motivo de sus 40 años de pintura, por segunda vez vuelve a exponer en la Puebla de Cazalla.
Actualmente reside en Dos Hermanas (Sevilla).
FRANCISCO MORENO GALVÁN
Pintor del mundo flamenco, letrista de cantes flamencos y diseñador de edificios típicos, nació en la Puebla de Cazalla en al año l925, y cumplió su enseñanza primaria hasta el año 1941, en que consiguió una beca de estudios por el Ayuntamiento, ingresando en la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. En el año 1951 marcha a Madrid hasta el año 1977 en que regresa a la Puebla. En el año 1948 obtiene la beca Murillo, presenta exposiciones de sus cuadros en varias capitales de España y del extranjero. Posteriormente realiza los carteles anunciadores de la Reunión de Cante Jondo de la Puebla desde los años 1967 hasta el año 1993, así también como los carteles anunciadores de la Feria y fiestas de la Puebla , y otros carteles de actos flamencos.
Ya con la democracia es nombrado concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento, pavimentando todas las calles del pueblo que no estaban pavimentadas, plantando numerosos árboles en calles y plazas, ajardinando plazas, amurallando con piedras los terraplenes, estableciendo que las fachadas de las viviendas fueran construidas a la manera típica andaluza.
También instala en la Plaza del Convento tres cruces sobre columnas, las mismas que estaban en el Convento antes de1 incendio de 1936, habiendo antes en su lugar una sola cruz, instalada desde la fundación de dicho convento de San Francisco.
La Puebla le debe entre otras cosas la remodelación de la Plaza de Andalucía, la construcción del típico Pasaje de la Molineta, así como el diseño de varias fachadas de viviendas particulares hechas al estilo andaluz.
JOSÉ MARÍA MORENO GALVÁN
José Maria Moreno Galván nace en la Puebla de Cazalla en el año l923, hijo de José y de Maria. Hace sus estudios primarios en esta población. Entre 1935 y 1936 organiza la falange juvenil junto a su hermano Francisco y varios amigos, siendo esta organización todavía clandestina. En el año 1938, cuando cumplía 15 años, ingresa en la Escuela de Mando de Falange, obteniendo una primerísima puntuación en la política de José Antonio Primo de Rivera. Sigue prestando sus servicios en la falange durante la guerra civil, y al terminar ésta organiza el equipo de fútbol del Puebla F.C. siendo nombrado presidente.
Sobre el año 1940 se marcha a Sevilla, posteriormente en el año 1951 se marcha a Madrid donde fija su residencia, contrayendo matrimonio con Carmela Torres Chacerol, cambiando radicalmente de ideología: deja el partido totalitario, girando sus ideas hacia los partidos democráticos.
En el año 1955 ingresa en la escuela oficial de periodismo. Viaja a Cuba como comisionado de artes, escribe en varios periódicos y revistas obteniendo grandes éxitos en todos ellos, además de escribir varios libros de arte. Fallece en Madrid en el año 1981.
En la actualidad la antigua avenida de la Alegría está rotulada con su nombre, así también como el Museo de Arte Moderno.
JOSÉ LUIS REINA PALAZÓN
Nació en La Puebla de Cazalla en 1941. Licenciado en Filología Clásica por las universidades de Sevilla y Salamanca y Magister en Filología Moderna y Filosofía por la Universidad de Frankfurt, ha estudiado los idiomas ruso, italiano y francés en las universidades de Bochum, Milán y Ginebra, además de inglés en la Tonges School of London. En el ámbito de la enseñanza ha sido profesor de griego y latín en Sevilla y Lector de Lengua Española en la Fachhochschule de Frankfurt. Además ha ejercido como traductor en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra y en la Frankfurter Messegesellschaft.
Como poeta ha publicado dos libros: Exotarium I: La Soledad del Día y Exotarium II: Cuerpo Inseguro.
José Luis Reina Palazón llegó hace más de veinte años a Frankfurt, y decidió dedicarse a la traducción ante la falta de versiones castellanas de la obra de algunos autores alemanes importantes, lo que le llevó a aprender alemán y a realizar cursos de traducción en las universidades de Bochum, Francfurt, Milán y Moscú. Entre los autores que ha traducido figuran los alemanes Goethe, Trakl, Ensensgerger o Genazino, Ana Ajmatova, Marina Tsvietaieva y Boris Pasternak y los franceses Valery, Rambeau, Mallarmé y Maz Iacobs.
Su trabajo como traductor literario ha sido reconocido con diversos premios, entre los que se pueden citar:Premio Ayuda a
Premio a
Premio a
Entre sus obras traducidas se pueden citar:
El amor a la simplicidad de Wilhem Genazino (1993)
El amor a la simplicidad de Wilhem Genazino (1993)
Requiem y otros poemas de Anna Ajmátova (1993)
Pura Música de Hans Magnus Enzensberger (1994)
El cochero y el pintor de blasones de Hermann Lenz (1994)
Obras Completas de Georg Trakl (1994)
Antología de Cien Poemas de Günter Kunert (1995)
Antología de Cien Poemas de Marina Tsvietáieva (1996)
Mi hermana la vida de Borís Pasternak (1999)
Antología de Cien Poemas de Johann Wolfgang Goethe (1999)
Obras completas de Paul Celan (1999)
ALONSO VIDAL
Profesor de la antigua Universidad de Osuna, hoy instituto, nació en la Puebla de Cazalla posterior al año 1500, falleciendo sobre el año 1599. Sus padres fueron Alonso Vidal y Elvira del Valle, fue un personaje importante de las letras y de las artes durante su cometido en dicha universidad, donde fue maestro universitario en el siglo XVI.
ANTONIO FUENTES ZURITA
Nació en Sevilla el día 15 de marzo del 18 69, se presentó en Madrid como novillero el día 20 de noviembre de 18 92, tomando la alternativa el día 17 de septiembre de 18 93 de manos de Rafael el Gallo, corrida que se celebró en Madrid.
Retirado el Guerra, éste exclamó: ¡Después de mi, nadie, y después de nadie, Fuentes!
Fue torero del lado derecho principalmente, y corto de repertorio: faenas de muleta pecaban siempre de desiguales, empezaban con brillante cautivadora, solían desmerecer si no venían pronto las estocadas; pero lo bueno que hacia era incomparable, tanto por su clasicismo como por el realce que le prestaba merced a su figura. Su toreo era todo elegancia.
En el año 1883 sufre una grave cogida en la Plaza de Toros de Zaragoza, quedando mal de la pierna derecha. En el año 1908 se retira o se despide de varias plazas, pero vuelve en varias ocasiones.
En el año de 1898 se perdía la guerra de Cuba ante las poderosas tropas de los Estados Unidos de América; esta grave noticia se le comunicaba al gobierno español en el mismo día en que hubo toros en Madrid, actuando los diestros Antonio Fuentes, Manuel García “el Espartero” y Antonio Reverte. Dicha corrida fue pésima y deslucida, donde todos los toreros fracasaron.
Su última corrida fue en Barcelona en la Plaza de las Arenas el día 31 de Mayo de 1914. Fallece en Sevilla el día 9 de mayo de 1938, casi empobrecido.
Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de La Puebla de Cazalla, junto a su esposa Esperanza Fuertes, en el panteón que poseían en dicho cementerio.
Antonio Fuentes llegó hambriento un día, de maletilla, a la hacienda La Coronela, y pidió de comer, vaticinando al mozo que le ofreció comida por una ventana: Esta finca será mía algún día. Mientras comía estuvo sentado en una piedra que había debajo de una ventana, piedra que aún se conserva en el mismo lugar. Efectivamente, en el año 1905 compra la Coronela a José Torres, natural de Marchena, en la cantidad de tres mil reales, siendo corredor Fernando Bermudo, interviniendo en dicho trato su sobrino Francisco “Berlín”.
(El casero de la Coronela era natural de Marchena, se llamaba José Mari, conocido en su pueblo por Javier; este buen hombre, cuando Fuentes iba de maletilla a la Coronela e iba sin comer, le daba un gran bocadillo por una ventana. Antonio Fuentes iba todos los meses a casa del casero a visitarlo a Marchena, lo llevaba en el carro el llamado “El Esparrabao”. Fuentes le decía cuando quería ir a ver al casero: Niño, vamos a ver “al de la ventana”, -apodo que le ponía Fuentes en recuerdo de cuando le daba de comer-. Cariñosamente agradecido, recordaba esta obra de caridad que hacía con él siendo maletilla. José Mari el casero recibió de Fuentes una pensión que duró hasta su fallecimiento)
Posteriormente compra el Charco y la Venta la Romera, crea una ganadería de toros bravos celebrándose capeas. Como anécdota de la ganadería, ocurrió que mandaba a Madrid toros para ser lidiados en dicha capital; como en aquellos tiempos no había medios de transporte tuvieron que ser conducidos por Joseillo el Vaquero por las antiguas veredas reales hoy desaparecida, cuando los toros llegaron a Madrid iban tan cansados que se echaron al suelo. Al verlos, el empresario le dijo a Joseillo: ¿Y estos son los toros que me manda Fuentes? ¡Estos son borregos! -¿Borregos? exclamó Joseíllo. Este le dio una patada a uno de ellos y los fue llamando por su nombre; entonces se pusieron todos de pie, quedándose admirado el empresario al ver los magníficos y excelentes toros que le había mandado Fuentes. Se celebró la corrida, resultando ser extraordinaria.
Corría el año 1925 cuando vende la Coronela a Ramón de Carranza, marqués de Carranza, en cuatro millones de pesetas. Con la cantidad cobrada por la venta de dicha finca, construyó la popular Bodega de Fuentes, la fábrica de aceite, la fabrica de aguardiente, compra el Posillo (hoy cooperativa de Ntra. Sra. de las Virtudes), y construye el chalé donde habita con su familia, edificio que hoy es el Hogar del Pensionista. Instala un cine de verano al aire libre en la explanada del paseo, donde se ve todas las noches una película por la consumición de un café. Organiza corridas de chirigotas en la plaza de toros de la calle de la Cilla, vistiendo con traje de luces a las personas más chirigoteras de aquel tiempo.
Hace numerosas obras de caridad entre las personas más necesitadas del pueblo, y protege mucho al bandido Pernales.
Y así fue esta parte de la vida de este caballeroso y elegante torero andaluz llamado Antonio Fuentes Zurita. La Puebla está en deuda con él al no haber ya puesto un monumento a su memoria, porque salvó a muchas personas de la muerte durante la trágica guerra civil.
Como muestra del buen humor de Fuentes, mencionaremos a continuación algunas de sus bromas más famosas:
- Celebraba Antonio Fuentes una cena en su finca de la Coronela, había invitado a varios personajes de Sevilla, entre ellos a un cura y un militar, antes les había mandado Fuentes a los mozos que quitaran una hoja de todas y cada una de las puertas de la finca. Así lo hicieron, llegaron los invitados y se pusieron a comer, y cuando estaban los comensales mas entusiasmados en la comida, le dio suelta a una vaquilla. Al ver los comensales al animal les entró a todos tal pánico que corrían buscando donde cobijarse, intentaban cerrar las puertas pero se encontraban con el inconveniente de que sólo había una puerta y no se podían cerrar. Terminó la aventura después de haber armado el animal la de San Quintín sin novedad, y entonces el militar, acercándose a Fuentes, le dijo: Si no fuera porque estamos en su casa, le pegaba dos tiros.
- Estando Gordillo en la bodega capando un cerdo, llegó Juanillo el Grillejo, al verlo Fuentes le dijo a Gordillo: Tendedlo en la mesa como si se le estuviera capando. Gordillo, con las manos ensangrentadas y pidiendo vendas, haciendo un gran esfuerzo logró tenderlo; Juanillo al ver a Gordillo con el cuchillo, que le dio un fuerte pellizco en un testículo, se desmayó a causa del dolor, y cuando volvió en sí ya lo tenían vendado. -Ahora a tu casa y tres días en cama sin moverte, le dijo Gordillo.
Cuando llegó a su casa, con las piernas abiertas y cojeando, le pregunta su mujer: ¿Qué te pasa? y éste le contestó: ¡Que Gordillo me ha capado en la Bodega! La mujer le quitó la venda, porque le parecía imposible que hubieran hecho de verdad lo que le había contado Juanillo, y comprobó que no había tal mutilación, y dirigiéndose a él le dijo: Mira, Juan, eres más inocente que un niño chico.
- Riverín llegó cierto día a la Bodega de Fuentes borracho, como siempre, y al verlo Fuentes, que ya estaba cansado de él, le dice a Gordillo: ¡Tíralo a un pilón, a ver si se harta de una vez de vino! Así lo hizo, y al verlo Fuentes haciendo ya gorgoritos le entró tal pánico, ya que estaba Riverín en las ultimas, y pensando en lo peor mandó sacarlo urgentemente de dicho pilón.
- Un día mandó Fuentes a Riverín al banco con un sobre lleno de dinero y le dijo: Anda y ve al banco y me ingresas en la cuenta el dinero que llevas en el sobre. Riverín quedó sorprendido y le contestó: Don Antonio, yo no entiendo de cuentas y me vayan a engañar. –Hombre, no, tú entregas el sobre y le dices al director del banco lo que yo te he dicho antes.
Por fin lo convenció. Pero Fuentes tenía ya de antemano preparado a otro mozo para que cuando fuera Riverín al banco lo asaltara por el camino y le quitara el sobre; y así lo hizo éste: le echó una pelliza por la cara y le quitó el sobre. Riverín llegó a la Bodega llorando, diciéndole a Fuentes que le habían quitado el sobre con el dinero. Fuentes le contestó: Eso no puede ser, eso es mentira, tú te has quedado con el dinero; -¡Yo no, por Dios, Don Antonio, yo no soy capaz de hacer eso! -Voy a dar parte de ti a la Guardia Civil, -le contestó Fuentes- y verás cómo va a aparecer el dinero cuando te peguen una paliza. -¡No, por Dios, Don Antonio, yo se lo pagaré como pueda poco a poco!, le replicó Riverín. Fuentes entonces le dijo: Bueno, anda, te lo voy a perdonar, pero para otra vez ten más cuidado.
Entonces Fuentes se volvió de espaldas muerto de risa con el mal rato que le había hecho pasar al pobre de Riverín.
- Fuentes le dijo a un empleado que buscara un traje de hombre y lo rellenase de paja, que le colocara la cabeza de un carnero, le pusiera un sombrero de palma y que lo colgara en un olivo de unos olivares que había cerca de donde está hoy el paseo, y que lo colgara como si estuviese ahorcado. Así lo hizo el empleado, y entonces Fuentes llamó a Riverín y le dijo: Llégate a esos primeros olivos, que hay un hombre ahorcado, a ver si tu lo conoces. -¡Por Dios, Don Antonio, yo no voy que a mi me da mucho susto de los ahorcados! Tanto le insistió Fuentes, que se marchó a ver a la víctima, volviendo inmediatamente asustado perdido y con mal color, para informar a Fuentes de quién pudiera ser el ahorcado. Fuentes le preguntó: ¿Lo has reconocido? -¡No, señor, Don Antonio, tiene una cara muy rara; para mi que es forastero! Fuentes pasó un rato de risa, porque con esta clase de bromas disfrutaba de lo lindo.
- Se celebraba una corrida de toros en la antigua plaza que hubo en la calle la Cilla , siendo los toreros tres graciosos hombres de la Puebla , llamados Monea, Juanazo y José Pérez. Los tres eran unas personas muy simpáticas y chistosas, siempre estaban junto a Fuentes contando chirigotas y gracias. José Pérez estaba separado de la mujer, esta le pedía la manutención y dinero para comprar huevos y comestibles, a lo que José le manda decir: Por huevos vas a tener que ir a la Hazá de la Aguililla a buscar nidos de tórtolas.
Fuentes, como le gustaba y gozaba tanto con estas cosas, decidió organizar dicha corrida y que fueran éstos los toreros. Así pues, se anunció por los pueblos vecinos, se hizo carteles con mucha propaganda, invitó a muchos amigos de fuera y llegó el día de la corrida, para la cual los vistió a los tres con trajes de luces y los paseó por las calles de la Puebla con la música. Llegaron a la plaza y salió el primer toro a la plaza; salió el primero de los toreros, y al verse delante del toro corría para atrás más que un gamo; mientras más le empujaban, más se resistía a ponerse delante del toro. Los otros dos toreros no llegaron a actuar, y así pasó toda la tarde.
ANTONIO IGNACIO VARGAS
En el seno de una familia acaudalada de La Puebla de Cazalla nace en 1948 Antonio Ignacio Vargas, uno de los rejoneadores más conocidos. Gran aficionado a los caballos, tras finalizar sus estudios de bachillerato y trabajar en la fábrica de aceites que regentaba su padre, comienza a pensar en dedicarse al mundo del rejoneo de manera profesional. El 16 de agosto de 19 64 debuta en público en Los Palacios hasta llegar a la Monumental de Las Ventas de Madrid en 1967.
Su lanzamiento definitivo se produce en 1970 cuando logra cortar una oreja en
Antonio Ignacio Vargas se mantiene en los primeros puestos del escalafón a base de triunfos, como el logrado el
Sus éxitos disminuyen a partir de 1986, debido a varias circunstancias: La primera de ellas la peste equina, que hace que se reduzcan considerablemente el número de espectáculos de toreo a caballo; la segunda, la imposibilidad de actuar en la Feria de San Isidro, ya que a causa de la lluvia tuvo que suspenderse el festejo en el que estaba anunciado; y por último, el accidente sufrido por su apoderado, Manuel Morilla, que le impide gestionar de la forma deseada su carrera.
Pese a ello, la temporada no está exenta de tardes importantes, como las protagonizadas en Murcia, Albacete o Sevilla. Posteriormente el rejoneo sufre un nuevo auge, por lo que incrementa sus compromisos en las siguientes temporadas, reduciéndose de nuevo al final de la década de los 90, en el tramo final de su carrera.
Pese a ello, la temporada no está exenta de tardes importantes, como las protagonizadas en Murcia, Albacete o Sevilla. Posteriormente el rejoneo sufre un nuevo auge, por lo que incrementa sus compromisos en las siguientes temporadas, reduciéndose de nuevo al final de la década de los 90, en el tramo final de su carrera.
APÉNDICE
“CANTAORES” AFICIONADOS
El Niño de Jerez
Juan Montesinos (El Peloto)
Manolo el Catato
Miguel Correa (La Bujel)
Gabriel el de Barbarita
La Corisma
Alvarito el del Pollo
Mariquita la Puchera
José Crujera y su hermano
El Serranito
Cuchilleja
José Blanco Pineda
Antonio Núñez (El Macoco)
Manolo Montesinos (Madera)
Miguel Remendú
Rubito de Pará
Rubito de Pará (hijo)
GUITARRISTAS
Joseíto Santiago “El de la Alfilera”
José Pachón
Antonio Gutiérrez
Chaleque
Fernando Rodríguez
José Fernández Gerena “Vapora”
TOCAORES DE BANDURRIA
El Chico Manolito Osuna
ACORDEONISTAS
El Niño de Soledad
La Teodora
Antonio Andrades Fernández
PINTORES
Gabriel Cabeza
Paco Cabeza
Patricio Hidalgo
Luis Bermudo
OTROS PERSONAJES DESTACADOS
EL PADRE MODESTO
Modesto Jiménez Martagón, sacerdote salesiano, nace en La Puebla en 1884, hijo de Diodoro y de Encarnación. Cuentan de él que era un niño muy travieso, y que se divertía tirando piedras a los tejados.
Entra en la casa de la Trinidad de Sevilla en 1899, y se impone la sotana en diciembre de 1902. Es destinado a Cádiz desde 1905 hasta 1912, y vuelve a dicha capital en 1919 hasta 1925. En 1926 es destinado a Montilla, Córdoba.
Sobre el año 1.933 trae a la Puebla a los niños del Colegio de Huérfanos de Cádiz, siendo alojados en casas particulares, deleitándonos aquellos niños con obras de teatro clásico, así también como con buenos conciertos musicales.
Con mucho trabajo y contratiempos consigue construir la R.U.S. (Residencia Universitaria de estudiantes Salesiana) entre 1944 y 1945.
Como anécdota se cuenta que, al final de la guerra civil, el cardenal Segura regresaba de Roma para tomar posesión de su sede de Sevilla. Quiso celebrar la Eucaristía y don Modesto le pidió al cardenal el “celebret”, pues no lo había reconocido, ya que venia vestido como un simple sacerdote, y al decirle que era el arzobispo de Sevilla, él le contestó: Pues yo soy el arzobispo de Gibraltar. Años más tarde, narraba el mismo don Modesto, el cardenal se lo recordaría bromeando.
En los tiempos de la posguerra, había cierto industrial dedicado a llevar mercancía a Sevilla, artículos de primera necesidad como aceite, garbanzos, etc. Estaba prohibido vender estos artículos debido a que estaban racionados. El citado industrial se acordó de Don Modesto para evitar la multa, que era bastante cuantiosa. Dichas mercancías eran transportadas a Sevilla por medio de un camión que poseía dicho industrial, así pues, este le dice a Don Modesto: Súbase Vd. en el camión acompañando al conductor, y cuando lleguen a algún control de la guardia civil les dice que la mercancía es para los huérfanos salesianos, así me hace Vd. un favor. Pues así lo hizo, y una vez y otra pasaba por los controles de la Benemérita, y cuando veían a Don Modesto dejaban pasar el camión sin registrarlo. De esta manera, Don Modesto quitó hambre en Sevilla, y él a la vez era beneficiado.
También durante la posguerra, detienen a su amigo Antonio Pérez por vender pan, cosa que era fuertemente castigada. Al enterarse Don Modesto de que su amigo es trasladado a un campo de concentración, marcha inmediatamente a Sevilla a visitar el Gobernador para pedirle clemencia, dándose cuenta, mientras esperaba entrevistarse con el Gobernador, de que iba calzado con una alpargata y una bota. A consecuencia de la entrevista, su amigo fue puesto en libertad.
Otro día fue a visitar a un rico terrateniente de La Puebla, dueño de muchas fanegas de olivares, y que tenía cierta fama de tacaño. Don Modesto le pidió cierta cantidad de dinero que necesitaba para su misión, y dicho señor se lo negó rotundamente. Entonces Don Modesto le dijo: Don Juan, va Vd. a ir al infierno, a lo que le respondió Don Juan: Bueno, Don Modesto, allí nos veremos.
En el año 1935, y hasta el 1941, es destinado como párroco a Algeciras (Cádiz) sin dejar su misión salesiana. En dicha ciudad se le acercó un individuo, diciéndole: ¡Eres mariquita, porque llevas enagua! Don Modesto lo miró y le contestó: ¡Eso vamos a verlo ahora mismo! Y le dio tal bofetada que se le cayeron al suelo todas las muelas y los dientes.
Andaba con tanta prisa y tan alocado, que raro era el día que no se presentaba en casa de un pariente -donde se alojaba en la Puebla- con la sotana hecha jirones, o con media sotana. Al andar tropezaba con todos los objetos que se encontraba en su camino, dándose el caso que en su alojamiento rompía jarrones y otros objetos de cerámica, por su distracción impetuosa.
Disponía de un camioncillo, conducido por un gitano, que utilizaba para transportar desde los cortijos las mercancías que le donaban los cortijeros. Un día, cuando circulaba por un camino rodeado de chumberas, tuvo la mala suerte de que volcó el vehículo, cayendo Don Modesto encima de las chumberas, y llenándose de espinas, tuvo que acudir al hospital para que se las quitaran.
Falleció en Sevilla el 20 de julio de 1965, a los 80 años de edad.
Así fue la vida de este buen sacerdote salesiano, bienhechor de los demás y que se sacrificó por el bien de sus niños huérfanos.
RAMÓN MORENO DE LOS RÍOS
Ramón Moreno de los Ríos nació en La Puebla de Cazalla el día 2 de febrero de 1871, en la calle Mesones nº 25. Hijo de Diego y de Belén, se casó con Teresa Guerrero de Castro, natural de Jerez de la Frontera. De este matrimonio nacieron siete hijos, llamados Diego, Ramón, Antonia, Belén, Pedro, Teresa y Vicente. Diego y Pedro llegaron a Teniente Coronel y Comandante de Caballería, respectivamente.
Ramón Moreno era dueño de la finca “El Acebuche”, en la cual desarrolló una gestión tan eficaz, que el 21 de enero de 1929 obtuvo del Ministerio de Trabajo y Previsión la Medalla de Plata del Trabajo de 2ª Clase. También poseía la finca “El Cortijo del Río” en el término de Marchena, una fábrica de harina y otra de extracción de aceite de orujo, además de una fábrica de jabón situada cerca de la fuente de “Piyaya”.
Alrededor del año 1920, y por iniciativa propia, sufragó la instalación de la luz eléctrica en La Puebla, y montó un alternador en el ya desaparecido “Molino del Pan”, también de su propiedad. Así acabó la época del alumbrado a base de carbureros, candiles, velas y otros medios parecidos.
En 1927 instaló en La Puebla el agua potable, a pesar de la oposición de algunos personajes muy poderosos que, debido a diferencias personales, le ponían continuos inconvenientes, como el hacer que le cerraran las zanjas después de empezadas. Con ello desaparecieron los antiguos “aguadores”, que, a cambio de unas pocas monedas, transportaban el agua en las “pipas”, y la distribuían por los hogares, donde era guardada en tinajas.
Tenía en la calle de la Cilla un molino de aceite y una gran panadería, en la que utilizaba la harina producida en el desaparecido Molino del Pan. Este molino estaba situado en el lugar donde actualmente se encuentra la Residencia de Ancianos, y durante la construcción del mismo sucedió el hallazgo de una baldosa con la imagen de la Virgen de la Molineta, encontrada por los albañiles cuando excavaban para hacer los cimientos del molino. Esta imagen fue instalada en la puerta del molino, y, una vez desaparecido éste, se colocó en la fachada de la actual guardería infantil. Durante la guerra civil, muchas madres de combatientes le rezaban para pedir el final de la guerra y el regreso de sus hijos sanos y salvos, y estuvo durante mucho tiempo colgada en la pared junto a la imagen una muleta, que se cuenta que pertenecía a un hombre cojo que se curó milagrosamente.
De forma inesperada, a causa de las deudas contraídas por sus actuaciones benefactoras, Ramón Moreno se vio en la ruina y con todos sus bienes embargados, ante la extrañeza de sus convecinos, que aseguraban que la cuantía de sus deudas no era para tanto. Poco antes de la guerra civil vendió todos sus muebles y enseres, y, ya en la miseria, fue socorrido por familiares y vecinos caritativos que le proporcionaban alimentos, pues él y su familia gozaban de muchas simpatías entre los habitantes de La Puebla, trasladándose posteriormente a Madrid, lugar en el que fijó su residencia. En esta capital, el día 15 de octubre de 1937, en plena Guerra Civil, se produjo su fallecimiento cuando contaba 66 años de edad, tras sufrir una grave crisis económica y grandes calamidades, tanto él como su familia. El día 9 de enero de 1956 fallece su esposa, también en Madrid.
El día 15 de febrero de 1946, siendo alcalde Joaquín Herrera Blanco, se acuerda rotular una calle de esta villa con el nombre de Ramón Moreno de los Ríos. Posteriormente, según escrito del Secretario del Ayuntamiento fechado el 15 de enero de 1968, se le dedicó una placa en la casa número 32 de la calle Mesones, en la que habitó sus últimos años en La Puebla, aunque su nacimiento ocurrió en la casa donde hoy se encuentra la Residencia de las Cruzadas.
EL PADRE JAIME
El Padre Jaime, llamado Francisco Andrades Bermudo, alias “Paquichi” por lo endeblito que era en su niñez, nació el 30 de Abril de 1925 en la calle Morón. Su padre Luis, obrero agrícola, su madre Dolores, un matrimonio muy humilde y noble, tuvieron doce hijos falleciendo tres de ellos en la infancia.
Su madre expiraba en el momento que ocupaban las tropas del general Franco La Puebla, quedando la familia a cargo de su hermana Luisa, que tenia 18 años y que ayudaba a su padre en los quehaceres de la casa. A los cinco años ingresa en la escuela de párvulos, pasando después por varias escuelas con diferentes maestros, entre ellos Eduardo del Pino. Los hermanos mayores marchan al frente de guerra y el padre Jaime, ante los problemas económicos que atraviesa su familia, se coloca de porquero guardando cerdos en la Coronela, aprovechando las vacaciones de verano en la escuela. Jaime no sabe lo que es el calzado de material, no sabe lo que son unas botas o zapatos, ya que no tiene medios para comprarlos, y gasta alpargatas de goma o de esparto.
Después de la guerra fue gestándose su vocación sacerdotal, haciendo varios cursos de latín entre los años 1936 al 39, bajo la tutela del entonces párroco Don José Rodríguez Guillén, intentando éste que ingresara en el Seminario de Sevilla, pero por problemas económicos no se puede conseguir. Pero se pone al habla el párroco con los Carmelitas de Osuna, donde acaban de inaugurar un seminario y entonces logra ingresar en el convento de Osuna el día 19 de marzo de 1939; posteriormente pasa por varios conventos de Carmelitas y por seminarios, ocupando siempre altos cargo en ellos: prior, profesor de teología, etc.
Después de Osuna recorre Hinojosa del Duque, \/illarreal, Salamanca, Tomelloso, Sevilla y Jerez de la Frontera. Está también en Roma para estudios superiores, cantando misa el día 22 de Mayo de 1948, cantándola posteriormente en la Puebla el 15 de agosto del mismo año, siendo sus padrinos Gabriel Gallardo y su señora. Marcha nuevamente a Roma a petición propia para ampliar sus estudios, esto ocurre en los años 1971 a 1973.
Es nombrado en dos ocasiones Padre Provincial de la Bética, la cual sigue dirigiendo en la actualidad.
LUIS BENJUMEA CALDERÓN
Luis Benjumea Calderón fue una ilustre persona: teniente coronel del Ejército y secretario del general Primo de Rivera. Murió en Madrid sobre los años mil novecientos treinta, y su cuerpo fue enterrado en el panteón que tiene la familia Benjumea en la parroquia de Ntra. Sra. de Las Virtudes de esta localidad, donde fue profanado dicho panteón durante los sucesos turbulentos del año 1936.
También llevó su nombre la actual calle de los Leones, en los tiempos del franquismo. Hizo mucho por el pueblo de Otones, provincia de Soria, que llegó a llamarse Otones de Benjumea.
“PERNALES”
“Pernales” era un bandolero llamado Francisco Ríos. Este andaba mucho por estos contornos, tenía muchas amistades, y se cuenta las buenas obras que hacía con los necesitados. Decían de él que tenía muy buen corazón con los pobres.
Era muy amigo de Fuentes el torero; cierto día, recibe Fuentes un anónimo donde le pedían una cantidad de dinero, surgiendo el rumor de el autor era Pernales. A Fuentes le extrañó aquello por la buena amistad que había entre ellos; le decía dónde tenía que depositar dicha cantidad: era en la cresta de la Súa, junto a un eucalipto que hubo en un tiempo. Fuentes estaba deseando verlo, y la primera vez que lo vio se dirige a él y, enseñándole el escrito, le dice: Francisco, parece mentira que tú me mandes un anónimo. ¿A ti te hace falta hacer esto? ¿No tienes todo lo que quieres? ¿No te doy todo lo que me pides? Pernales, al oir aquello quedó sorprendido y le dijo a Fuentes: Antonio, yo no he hecho eso, eso no es mío, y descubriré quién es el autor. Se fue a la cresta de la Súa y esperó al tal. En cuanto lo vio lo cogió y le dio tal paliza con una media llena de arena que falleció a los pocos días a consecuencia de ello.
Se cuenta muchas anécdotas suyas; también se dice que lo buscaba la Guardia Civil, y llegando a un lavadero, preguntaron por él, y precisamente se encontraba allí disfrazado de mujer lavando ropa. Dicen que terminó sus días en Méjico, donde fue llevado por Fuentes camuflado con su cuadrilla.
EDUARDO DEL PINO
Eduardo del Pino, natural de Constantina, fue un maestro nacional muy completo que hubo en la Puebla. Su enseñanza fue una misión sacerdotal; su labor, extraordinaria, y sus lecciones las aprendían sus alumnos a plena satisfacción. A veces les daba para elegir la lección del día, y casi siempre pedían Historia de España; entonces él se volcaba con nuestra Historia, hablándonos con entusiasmo de hechos gloriosos y de pasadas grandezas.
Los lunes solía leer a los discípulos las crónicas de los partidos de fútbol, un capítulo del libro “Corazón” de Edmundo D´Amicis, y todavía le sobraba tiempo para enseñar las asignaturas. Enseñaba también el mapa mudo, y salía de paseo con toda la clase midiendo los kilómetros de la carretera: aprovechaba bien el tiempo. Y cuando sorprendía a un alumno fumando, el castigo era echar un cigarro con él al terminar la clase; si lo pillaba peleando, lo invitaba a echar un combate de boxeo con él también al salir. Desde el balcón de su casa, que estaba cerca del cine, vigilaba que sus alumnos no entrasen en él cuando ponían películas “indecentes”.
Se marchó a Sevilla, falleciendo en esa capital en el mes de octubre de 1970. Todos sus antiguos alumnos le hicieron un funeral en el pueblo, en agradecimiento y por el cariño que le tenían. La misa fue oficiada precisamente por uno de estos ex - alumnos, el Padre Jaime.
Además se consiguió que una calle fuera rotulada con su nombre.
ANTONIO RASCO
Don Antonio Rasco fue un cura párroco que vino a suplir a Don José Rodríguez Guillén, que fallecía en el año 1945. Don Antonio se encontró la parroquia con la mitad de los altares que hoy hay, así también como la mitad de las imágenes; estas fueron donándolas los feligreses, y algunos retablos. Este párroco terminó de instalar todos los retablos que había antes de ser incendiada dicha parroquia así también la adquisición de todas las imágenes correspondientes a dichos retablos adquiridos, reorganizó las hermandades de Gloria; fundó la Acción Católica masculina y femenina, organizó la Hermandad de nuestra Patrona la Virgen de las Virtudes, adquiriendo la imagen de dicha Patrona a un escultor de la provincia de Huelva.
Este párroco trabajó mucho por la parroquia hasta el año aproximado de 1950, que fue trasladado a la Iglesia de San Sebastián de Sevilla. Lo que no se le perdona a este buen cura es el haber determinado la desaparición de los antiguos “Pregones” que se le cantaban a Nuestro Padre Jesús en su sermón en la madrugada del Viernes Santo, pregón ya con varios siglos de tradición.
ALCALDES DEL SIGLO XX
Antonio Hidalgo Galán, natural de la Puebla de Cazalla. Transportista de viajeros. Como anécdota de este fue la siguiente: se casó de segunda vez, y al fallecer, su viuda creyó que los bienes pasarían a ella pero no fue así, porque dichos bienes fueron legados en herencia a la familia de la primera mujer. Prendiole la viuda fuego a la casa, ardiendo totalmente, en un gesto de rabia por quedar desheredada.
Francisco Medrano. Natural de La Puebla de Cazalla. Agricultor. Este buen hombre no quiso nunca ser alcalde. Estuvo en el mando solamente unos 18 días, durante los cuales recibía las visitas en el campo cuando trabajaba en sus labores; en el campo también firmaba los expedientes en el mismo tajo.
Antonio Gómez. Natural de La Puebla de Cazalla. Industrial.
Juan Gutiérrez. Natural de la Puebla de Cazalla. Hacendado labrador.
Agustín Raya Fernández. Natural de la Puebla de Cazalla. Boticario.
Francisco Bohórquez Herdara. Natural de la Puebla de Cazalla.
José Mª. Benjumea Calderón. Natural de la Puebla de Cazalla. Militar retirado.
José Muñoz León. Natural de la Puebla de Cazalla. Barbero y Tabernero. Último alcalde de la monarquía de Alfonso XIII.
Antonio Vargas Pazo. Natural de la Puebla de Cazalla. Obrero agrícola. Primer alcalde de la II Republica Española.
Fernando J. Andrades y Serrano. Natural de la Puebla de Cazalla. Industrial.
José Pliego Martínez. Natural de la Puebla de Cazalla. Industrial. Alcalde en dos legislaturas, y último alcalde de la II Republica.
José Coto Romero. Natural de la Puebla de Cazalla. Industrial y Primer Alcalde del Movimiento Nacional.
José Contreras Pizarro. Natural de la Puebla de Cazalla. Administrativo.
Joaquín Herrera Blanco. Natural de Sevilla. Farmacéutico.
Rafael Raya Cárdenas. Natural de la Puebla de Cazalla. Veterinario.
Germán Cano Huertas. Natural de Pliego (Córdoba).Labrador. Este Alcalde fue en dos legislaturas.
Diego Hormigo Gómez. Natural de la Puebla de Cazalla. Carpintero.
Juan Gutiérrez Rienda. Natural de Granada. Farmacéutico.
Pablo Brasero Monje. Natural de Badajoz. Médico.
Antonio Moreno Rivero. Natural de la Puebla de Cazalla. Agricultor. Ultimo alcalde de la época franquista.
Manuel Duarte Suero. Natural de Marchena. Agricultor. Alcalde en dos legislaturas y primer alcalde de la democracia.
Emilio Pozo Jiménez. Natural de la Puebla de Cazalla. Administrativo. Alcalde en dos legislaturas.